En la segunda mitad del siglo XX, se generó en Europa una inmensa cantidad de riqueza a raíz de la mejora considerable del nivel de vida, una tendencia que empieza a verse ahora en Asia. Pero, una vez generado un patrimonio, la gran pregunta es: ¿cómo se puede usar y preservar ese patrimonio? La generación y la preservación del patrimonio requieren habilidades muy distintas, pero tienen puntos en común: pensar de forma estratégica y rodearse de las personas adecuadas.

COVID-19: Replantearse las prioridades y el estilo de vida
La agitación provocada por COVID-19 ha hecho que mucha gente se dé cuenta de que quizás vale la pena replantearse sus carteras de activos y su propio estilo de vida. Por ejemplo, hay quienes están vendiendo sus inmuebles urbanos para comprar casas en el campo. Existe un interés renovado por la calidad de vida. La planificación del retiro ya no se rige principalmente por la edad, sino también por la asequibilidad: ¿cuánta liquidez necesito para mantener mi estilo de vida actual?

Y no solo eso. La pandemia también está haciendo que las personas sean mucho más conscientes de su propia condición mortal, por lo que se están haciendo chequeos médicos y financieros, además de reconfigurar su posición financiera y poner sus asuntos en orden. Es probable que todos estos factores tengan un impacto positivo y duradero en la preservación del patrimonio.

Escollos habituales
Más allá de las estrategias de inversión diversificada para luchar contra la erosión del patrimonio hay un elemento importante que se debe tener en cuenta en la planificación patrimonial: el traspaso intergeneracional. Según la empresa de investigación Wealth X, se espera que los particulares con un patrimonio neto igual o superior a 5 millones de USD transfieran en conjunto un patrimonio valorado en 15 billones de USD para 2030. Cabe recordar que la preservación del patrimonio no consiste solo en salvaguardar los activos, sino también en preservar el estilo de vida y los valores familiares.

Incluso cuando hay tanto en juego, vemos que se repiten una y otra vez los mismos errores comunes que conllevan frustración y oportunidades perdidas. Hay personas que básicamente empiezan a planificar las cosas demasiado tarde porque andaban a la espera del momento perfecto para maximizar beneficios. Ellas suelen evitar los riesgos a corto, pero los acaban aumentando a medio y largo plazo. Nuestra experiencia pone de manifiesto que el momento perfecto no existe y que la única solución es dar el primer paso. También hay personas que intentan manejarlo todo por sí mismas porque quieren mantener un control absoluto o son reacias a invertir en conocimiento especializado. Por último, mucha gente subestima el poder de las dinámicas familiares. Por ejemplo, hay personas que no revelan la magnitud real del patrimonio a los miembros de la familia, con lo que solo logran erosionar la confianza y la unidad familiar con el tiempo.

Dar una oportunidad a la próxima generación
Al igual que los mercados, las dinámicas familiares son difíciles de predecir, por lo que reviste la misma importancia protegerse de posibles disputas familiares que de los acontecimientos mundiales. Por lo que respecta a la erosión del patrimonio, hay algo de verdad en el viejo refrán «abuelo trabajador, padre millonario, nieto miserable». Con bastante frecuencia, los futuros guardianes del patrimonio necesitan orientación acerca de cómo preservar lo acumulado por las generaciones anteriores. Hay muchas medidas que pueden tomar las familias, pero algunas son más importantes que otras.

Cuando las empresas familiares siguen su curso
Es importante recordar que de algunos herederos cabrá esperar que no se limiten a gestionar el dinero, sino también los negocios familiares. Para las familias cuya fuente de ingresos principal sea una empresa familiar propia, lo más prudente sería plantearse si esa empresa es la mejor reserva de patrimonio de cara al futuro. Para preservar el estilo de vida, podría ser necesario extraer capital del negocio, o incluso venderlo —todo o en parte—, para garantizar la liquidez adecuada. Cuando tenga sentido seguir adelante con la empresa familiar, pero la siguiente generación no quiera o no esté preparada para tomar las riendas, lo más adecuado podría ser buscar un líder externo, como un CEO ajeno a la familia.

Preparar el camino para las próximas generaciones
Preservar el patrimonio durante una o más vidas exige pensar de forma estratégica a largo plazo. Con el mayor traspaso de patrimonio intergeneracional en el horizonte, nunca ha sido tan necesario como ahora planificar la continuación del legado familiar en manos de las próximas generaciones, preservando no solo el patrimonio, sino también unos valores que resistan los embates del tiempo y generen un impacto positivo. Las obras benéficas son cada vez más importantes para las familias que desean fijarse un propósito y adaptar su patrimonio a sus propios valores, centrándose en uno o varios ámbitos, como la conservación del medio ambiente, la cultura o el reparto desigual de la riqueza. En concreto, a raíz de la pandemia, el deseo de usar el patrimonio para ayudar a las personas más desfavorecidas ha sido más relevante que nunca.

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