«Todo, en todas partes, está siempre en movimiento. Para siempre. Acostúmbrate». Esta frase del personaje ficticio Logan Roy resonó en las pantallas durante la exitosa serie de televisión Succession. La frase es uno de los varios exabruptos de Roy, el magnate de los medios de comunicación. Sin embargo, a pesar de su destreza en los negocios, el padre de cuatro hijos muestra carencias cuando se trata de la planificación sucesoria, el concepto en el que se basa la serie.

En la tragicomedia satírica, el público sigue el difícil camino del hijo de Logan, Kendall, a quien se le había prometido de pequeño el prominente papel de CEO de Waystar Royco. Dirigir el imperio de su padre hacia el futuro es su único objetivo en la vida, y la causa de innumerables conflictos con sus hermanos Shiv, Roman y Connor.

Desde el punto de vista de la gestión patrimonial, el comportamiento de Logan a la hora de elegir al heredero de su conglomerado mundial de medios de comunicación es catastrófico. Desde las conversaciones solapadas y la nula alineación familiar, hasta las instrucciones para la sucesión anotadas de forma ambigua en trozos de papel sin fecha, provoca el caos en la vida personal de los miembros de su familia y de los ejecutivos de la empresa. ¿Cuáles fueron sus mayores errores? Tenga en cuenta que hay muchos spoilers de aquí en adelante.

Error 1: Falta de alineación familiar

Gran parte del desprecio y el desengaño que sufren los hermanos Roy —tanto entre sí como por parte de sus padres— se debe a una asombrosa falta de alineación. Sin un propósito colectivo, estatutos, consejo familiar ni valores compartidos, el sentido de unidad de la familia se pierde por el camino.

Tomemos, por ejemplo, los diferentes principios del patriarca Logan y su hija Shiv. La pareja, aunque a veces se muestra muy unida, tiene opiniones y puntos de vista políticos totalmente opuestos sobre cómo deben usar su influencia como imperio mediático. Este tipo de problema no es infrecuente en las familias, sobre todo con miembros que abarcan varias generaciones. Mientras que resolver sus desacuerdos desde un punto de vista personal es un asunto complejo y privado, la pareja no consigue tener conversaciones sanas sobre el tema desde una perspectiva empresarial o con la participación de terceros con experiencia para evitar conflictos.

Shiv se convierte temporalmente en Presidenta de Operaciones Nacionales de Waystar Royco, lo que la acerca a ser considerada una líder seria. Sin embargo, Shiv y Logan chocan constantemente sobre la dirección que debe tomar la empresa, sobre todo en lo que se refiere a la implicación de la empresa con un polémico candidato presidencial estadounidense y, más tarde, a su cobertura mediática de unas elecciones.

Error 2: No hay una planificación clara para la conservación del patrimonio y la sucesión

En la cuarta temporada se revela que a Kendall, el segundo hijo mayor, se le prometió explícitamente el negocio familiar cuando era niño. Con solo siete años, a Kendall le dicen sin rodeos —como él lo describe— que heredará el cargo de CEO. Por supuesto, preparar a un niño para la sucesión es algo previsible y que se fomenta en muchas familias. Sin embargo, lo que parece haber hecho Logan es muy distinto.

Formar a su hijo para el liderazgo no es la cuestión aquí, sino su precipitada elección de Kendall cuando aún era un niño. No había forma de que Logan conociera los sueños de futuro de su hijo, sus habilidades en los negocios o su aptitud para dirigir un imperio multimillonario. En lugar de esperar a conocer a su hijo —y al resto de sus hijos—, simplemente pone una pesada carga sobre los hombros de Kendall. Naturalmente, esto marca el rumbo de la complicada vida de Kendall. A través de esta conversación en sus años de formación, se siente atado a lo que cree que es su destino.

Esto hace que sea aún más doloroso cuando, en la primera temporada, en el momento en que Kendall está a punto de ser anunciado como su sucesor, Logan le arrebata su sueño. El viejo patriarca cambia de opinión sobre su dimisión, pero este golpe es asestado a Kendall de la forma más insensible.

A medida que la serie continúa, con sus cuatro herederos y muchos otros lanzando su sombrero al ruedo en diferentes momentos, las opiniones de Logan nunca quedan del todo claras. Tras su muerte, en la cuarta temporada, se encuentra un documento entre las pertenencias de Logan. En él hay una especie de apéndice, pero no tiene fecha, no está firmado por ningún testigo y está redactado de forma extremadamente ambigua. Las palabras «Kendall Logan Roy» están escritas a máquina y parecen identificar al sucesor deseado por Logan, pero el nombre está subrayado o tachado, para confusión de todos los implicados.

Este trozo de papel, al igual que el comportamiento de Logan a lo largo de la serie, hace que los hermanos Roy no tengan nada claro y revela aún más grietas en la capacidad de planificación patrimonial de la familia. Es evidente que Logan no formaliza sus planes con expertos en gestión patrimonial y parece que rara vez revisa estos planes a medio hacer en función de los acontecimientos de la vida, lo cual es un elemento clave para preservar la fortuna. En lugar de comunicar con transparencia cualquier cambio de circunstancias a su familia en lo que respecta a los negocios y la sucesión, sigue adelante sin mantener a sus hijos al corriente.

Error 3: No hay transparencia con la próxima generación

Kendall no es el único niño afectado: los intereses de los hermanos Roy se manejan torpemente en diversas fases. A lo largo de la serie, vimos que a Connor —el hijo mayor de Logan de su primer matrimonio— aparentemente nunca se le explica por qué no pudo heredar la empresa, ni se le educa adecuadamente en el negocio familiar ni siquiera en conocimientos financieros básicos. Al fin y al cabo, es el primogénito, un sucesor tradicional que muchas empresas familiares han elegido a lo largo de los siglos. Kendall, Roman y Shiv —nacidos del segundo matrimonio de Logan— son considerados por su padre como sucesores más viables, aunque a distintos niveles.

Por su parte, la ex estratega política Shiv demuestra talento empresarial a lo largo de la serie. Tiene tendencias despiadadas —no muy distintas de las de su padre— y un buen ojo para tomar con precisión la temperatura a la opinión pública estadounidense. Sin embargo, parece que su familia nunca la toma en serio para asumir el papel de CEO. De hecho, su padre y sus hermanos Connor y Roman, en particular, la torpedean constantemente durante su mandato como Presidenta de Operaciones Nacionales.

Roman también parece ser manipulado por Logan en varios momentos de la serie. El puesto de director de ATN, la cadena de televisión de la empresa, se le presenta mientras Logan muestra altibajos de confianza en su hijo menor. Sin embargo, Logan muestra periodos de excepcional crueldad con Roman y, finalmente, lo decepciona al decirle en secreto que tiene lo que hace falta para liderar, antes de morir sin dejar nada preparado para que Roman tome las riendas con éxito.

Logan parece alternar rápidamente entre enfrentar a sus hijos entre sí y luego sacar por completo a los hermanos de la ecuación del liderazgo. En una escena, ahora tristemente célebre, incluso les dice que «no son gente seria» cuando se trata de negocios o, incluso, de la vida.

Las consecuencias de los errores de la familia Roy

Al final de la serie, vemos las tristes consecuencias de la falta de claridad y planificación patrimonial del difunto Logan. La relación entre los hermanos parece irreversiblemente dañada por el desagradable final: mientras Shiv y Roman intentan decidir si deben nominar a Kendall como próximo CEO, las disputas del trío se convierten en su discusión más llena de rencor hasta la fecha. Tras muchas idas y venidas, adquisiciones y tratos secretos, Tom, el traidor marido de Shiv, acaba haciéndose con el puesto. En última instancia, Shiv, Kendall y Roman se ven impotentes y sin posibilidad alguna de reparar su dinámica.

¿Cuál podría haber sido la solución? Una gobernanza adecuada habría contribuido a evitar los fatídicos acontecimientos de Succession. En Julius Baer, nuestros expertos suelen agrupar los aspectos importantes de la gobernanza familiar en seis elementos principales. En conjunto, están concebidos para instaurar una buena comunicación, transparencia y un sistema de toma de decisiones sano, que permita integrar con éxito a la siguiente generación en la empresa y el patrimonio de la familia.

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