Nuestra encuesta revela lo que la generación emergente de las familias adineradas busca en un proveedor de servicios financieros, así como su apetito por el riesgo y el momento en que empiezan a invertir. Lo que se evidencia es que, en lo que respecta a los servicios financieros, los jóvenes acaudalados no son tan diferentes del resto de su grupo de edad: buscan resultados rápidos y precios competitivos. Sin embargo, también valoran la reputación de los proveedores de servicios financieros, lo que sugiere que dan prioridad a la importancia de las relaciones y la confianza para gestionar el patrimonio a lo largo del tiempo. Para conocer la lista completa de exigencias, consulte nuestro informe.

Carteras de negociación de hasta 2 millones de USD

Según nuestra experiencia en Julius Baer, los padres suelen dar a los jóvenes capital para invertir con el fin de que aprendan sobre los mercados financieros a través de la experiencia. Así lo confirma la encuesta. En opinión de más de la mitad (55 %) de los encuestados, lo más habitual es que la generación emergente comience a realizar las primeras inversiones independientes sustanciales entre los 26 y los 35 años. Pero incluso antes de esa edad, muchos ya han experimentado con sumas más pequeñas.

«Cuando conocemos a los herederos de nuestros clientes desde muy jóvenes o les hacemos asistir a uno de nuestros programas, a menudo no tienen ni la menor idea sobre inversiones, pero eso cambia», explica Kevin Tay, Group Head South East Asia en Julius Baer Group Ltd. «Sin embargo, con frecuencia vemos que los clientes dan a sus hijos pequeñas cantidades de capital para que se inicien en el mundo de la inversión. Así es como suelen empezar». Conozca todas las estadísticas que hemos obtenido en nuestro Barómetro Familiar.

¿Y cómo enfoca la sucesión la generación emergente?

Se dice que no siempre se puede controlar el resultado, pero sí el proceso. Lo mismo ocurre con las familias adineradas que buscan gestionar el desarrollo de su próxima generación y su futura sucesión.

Por eso, las familias que adoptan un enfoque sistemático tienen más probabilidades de ver a sus hijos labrarse futuros gratificantes que perpetúen el legado familiar.

Nuestra encuesta refleja precisamente ese enfoque organizado de la «generación emergente». En ella se aprecia cómo las familias van dando a sus miembros adultos jóvenes mayores responsabilidades de forma progresiva: empezando por decisiones sobre la gestión del patrimonio familiar y la interacción con los asesores familiares, antes de pasar a tener voz, o derecho a voto, en las decisiones familiares importantes. Para conocer los resultados completos de nuestra encuesta, consulte nuestro informe.

Gestionar esta progresión hacia la sucesión es, por naturaleza, un proceso refinado y único para cada familia y cada sucesor. Requiere una planificación y una gestión inteligentes, con el fin de evitar muchos escollos potenciales.

Es un juego a largo plazo

Según nuestra experiencia, no solo es crucial planificar la transmisión del patrimonio –que es una tarea difícil que requiere una planificación anticipada– sino también preparar a los miembros de la generación emergente. Para ello, es fundamental crear una comprensión compartida de valores y objetivos.

Como dice David Durlacher, CEO de Julius Baer International: «Los clientes, al igual que las empresas, deben plantearse preguntas más importantes que la de cuánto dinero quieren ganar en un plazo determinado. Preguntas como: ¿cuál es mi propósito? ¿Cuál es mi impacto en el mundo? ¿Cuál es mi impacto en mi comunidad, mi impacto en mi familia? ¿Cuál es el propósito fundamental de mi patrimonio?».

Escuchar la opinión de los hijos

Pero, ¿cuándo es el momento adecuado para ceder responsabilidades? Aunque la situación de cada familia es diferente, es evidente que esperar demasiado es un error. Este fue un tema clave sobre el que los asistentes al reciente programa comunitario Young Partners de Julius Baer ansiaban obtener información. Querían saber cómo se podían adaptar las estructuras de gobernanza familiar para que ellos encajaran.

A menudo, el dinero es un tema tabú en las familias adineradas, provocando sentimientos de culpa por tener más que los demás o preocupaciones por la falta de confianza de los padres. «Con frecuencia, los padres nunca abordan el tema del dinero, lo que puede tener un efecto psicológico en los hijos», relata Sandra Wassermann, Head of Client Communities.

«Y eso es algo imperecedero porque “mis padres no me lo dijeron, así que no me atrevo a preguntar”. Entonces, claro, si no te atreves a hacer preguntas, en realidad no estás tratando el tema». Para saber cómo afrontan estas situaciones las familias adineradas, consulte nuestro informe.

El negocio del aprendizaje

Un elemento esencial para garantizar que la generación emergente despliegue todo su potencial es la educación, ya sea práctica o académica. Esta prepara a los jóvenes no solo para realizarse en la vida, sino también para aprender sobre el propósito y la gestión del patrimonio familiar. Según la encuesta, los tres principales vehículos de aprendizaje son: en primer lugar, la participación en la empresa familiar; en segundo lugar, la educación, ya sea escolar o universitaria; en tercer lugar, conversar con el asesor familiar.

Unión de la familia

Uno de los temas recurrentes de los últimos años es que, con la creciente complejidad de las circunstancias que rodean a las familias internacionales, por un lado, y el aumento de los impuestos y la regulación, por el otro, existe una necesidad mucho mayor de asesoramiento profesional. En ningún otro ámbito es esto más cierto que en la planificación de la sucesión.

Pero el asesoramiento va más allá de las cuestiones puramente financieras. También puede contribuir a garantizar que las familias conserven su patrimonio y sus características rectoras a lo largo de las generaciones. Encontrar un objetivo común puede unir a una familia.

«Tanto para el cliente como para su gestor patrimonial, el objetivo fundamental consiste en comprender el verdadero propósito del patrimonio», señala David Durlacher. «Es importante que los sucesores comprendan que no solo están heredando un patrimonio, sino también un propósito y un legado familiares compartidos. Comprender plenamente lo que representa el patrimonio también ayudará a mantenerlo».

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