Entre los 20 y los 30 años, la jubilación puede parecer una perspectiva muy lejana. No es de extrañar que prefiramos enfocar nuestra planificación financiera en construir la vida que queremos llevar invirtiendo en nuestra carrera profesional, el hogar y la familia. Sin embargo, tras una o dos décadas, la realidad nos golpea de repente: tenemos que tomar las medidas financieras necesarias para poder disfrutar de los últimos años de nuestra vida sin pasar noches en vela. A los 40 años, a más tardar, ya deberíamos estar reservando una cantidad regular para hacer crecer nuestro capital de jubilación.
La buena noticia es que, aunque solo pueda ahorrar una pequeña cantidad, su capital tiene mucho tiempo para crecer, dado el poder del efecto compuesto. Y recuerde: cuanto antes empiece a ahorrar para la jubilación, más posibilidades tendrá de obtener mayores rendimientos y prosperidad en sus últimos años. Los inversionistas con un horizonte a largo plazo pueden asumir más riesgo, y disfrutar así de la posibilidad de una mayor recompensa, porque el mercado tiene más tiempo para recuperarse en caso de retroceso.
En cambio, si solo dispone de unos pocos años para invertir de cara a su jubilación, es poco probable que esté dispuesto a asumir tanto riesgo. Nuestros planificadores de la jubilación suelen aconsejarle reducir su exposición a clases de activos de mayor riesgo, como las acciones, a medida que se acerque al final de su vida laboral y avance en su jubilación.
La regla del 4%
Para muchos inversionistas que piensan en su bienestar financiero en la vejez, la tranquilidad viene dada por la aplicación de la regla del 4%. Esta fórmula consiste en acumular una cartera de activos lo suficientemente amplia como para que pueda retirar aproximadamente el 4% de ella cada año como sustituto de su salario anual, con pequeños incrementos en la cantidad que retira año tras año para tener en cuenta el aumento del costo de la vida debido a la inflación. Si sigue esta regla general, tiene muchas posibilidades de no quedarse sin dinero durante una jubilación de 30 años.
Supongamos, por ejemplo, que sus inversiones y ahorros en el momento de la jubilación ascienden a 1 millón de CHF. Si aplica la regla del 4%, retiraría 40.000 CHF en su primer año de jubilación (véase el cuadro siguiente). Si el costo de la vida aumenta un 2% ese año, necesitaría un aumento del 2% al año siguiente, retirando 40.800 CHF, y así sucesivamente durante los 30 años siguientes.
Muchas variables diferentes
Aunque la regla del 4% es útil para calcular el gasto total durante la jubilación, es bastante rígida. Por ejemplo, asume una composición específica de la cartera en el momento de su jubilación y no tiene en cuenta el hecho de que sus inversiones pueden cambiar con el tiempo durante la jubilación. Así que es importante tratarla como una directriz, en lugar de seguirla al pie de la letra.
Además, las necesidades financieras de cada persona durante la jubilación varían en función de una serie de factores. Estos factores incluyen su edad actual; la edad a la que tiene previsto jubilarse o a la que podría tener que hacerlo por motivos de salud; cuál es su esperanza de vida en función de sus antecedentes familiares; cuánto tiene previsto gastar en la jubilación; y cuáles serán sus fuentes de ingresos para la jubilación.
No deje de reír a una edad avanzada
Es importante que su preparación para la jubilación también tenga en cuenta las variaciones sustanciales en las tasas de gasto que se producen durante los años de jubilación de la mayoría de las personas.
Es probable que la mayoría de nosotros gastemos una fracción mayor de nuestros ingresos en los primeros años de jubilación, cuando estamos sanos y con energía, ya sea en viajar por el mundo, agasajar a amigos y familiares o remodelar nuestras casas. A continuación, a medida que nos adentramos en los años de la jubilación intermedia, es probable que los gastos se ralenticen, antes de volver a aumentar hacia la última parte de los años de jubilación por la posibilidad de necesitar asistencia médica y cuidados de larga duración. Algunos inversionistas se refieren a esto como la «sonrisa del gasto en la jubilación», que refleja la forma del gráfico, ya que los costos empiezan siendo altos, tocan fondo en la mitad y vuelven a repuntar.
Tener en cuenta este patrón en sus cálculos y crear un plan bien estructurado que se ajuste a sus expectativas personales puede ayudarle a lucir su propia «sonrisa de jubilación» más adelante en la vida, independientemente de cómo piense pasarla. E incluso puede contribuir a que duerma mejor...