La expansión económica debería continuar con un ritmo de crecimiento más orgánico a medida que los responsables políticos endurezcan sus posturas para frenar algunos de sus programas de crisis tan generosos. En general, la incertidumbre sobre la inflación persistirá conforme nos adentremos en el nuevo año.

Considerando la escasa visibilidad en la economía, nuestros analistas de investigación recomiendan una confección del portafolio con mucha diversificación en beneficio de los ganadores estructurales y los beneficiarios de los mayores rendimientos de los bonos. La flexibilidad será especialmente importante para la renta fija, por lo que nos centramos en estrategias de gestión activa de la duración y en la selección de bonos. También pensamos que el dólar estadounidense recuperará su fortaleza en un corto plazo y seguimos siendo cautelosos con las materias primas en general.

En los mercados emergentes, las severas medidas reguladoras de China han perturbado los resultados. Prevemos que prevalecerán las condiciones adversas. Por ello, tomando en cuenta su gran mercado interno y su crecimiento convincente, preferimos a la India, ya que consideramos que es capaz de reproducir la historia de éxito de la «nueva economía» desarrollada en China en los últimos 15 años.

Un análisis detallado de la renta variable

La renta variable sigue siendo nuestra clase de activos preferida, pero dentro de ella habrá ganadores y perdedores, como siempre ocurre. La resiliencia es importante, especialmente en tiempos de desaceleración del crecimiento (aunque este sigue siendo positivo). Las empresas resilientes cuentan con operaciones sólidas que les permiten sobrevivir e incluso prosperar en entornos de mercado difíciles.

A medida que avanzamos lentamente hacia un mundo post-pandémico, separar el trigo de la paja (es decir, seleccionar cuidadosamente las empresas en las cuales invertir) será vital a mediano y largo plazo. No tenemos una bola de cristal. Sin embargo, en 2022 nos enfocaremos en empresas que deberían prosperar en el nuevo entorno y las buscaremos según tres criterios:

  1. Empresas que sigan rindiendo bien tras el repunte inicial

  2. Empresas que naveguen bien el repunte transitorio de la inflación y las limitaciones de la oferta; y

  3. Empresas que se beneficiarán de las tendencias amplificadas por la pandemia.

Oportunidades más atractivas en 2022:

  • Next Generation: Aunque su índice de adopción ya es elevado, la nube informática y la inteligencia artificial siguen estando en auge. A escala global, no solo aumenta rápidamente la potencia informática, sino que la cantidad de datos que deben almacenarse y analizarse crece a un ritmo extraordinario. La generación global de datos triplicará su tamaño en tan solo cinco años y el almacenamiento en la nube proporcionará a los propietarios de los datos una capacidad de almacenamiento más económica y segura que los métodos tradicionales de carácter local.

  • Renta fija: La economía mundial está saliendo del modo de crisis, las tasas de morosidad se mantendrán probablemente bajas y los bancos centrales están dejando atrás sus políticas monetarias ultralaxas. Nos inclinamos por los bonos con rendimientos atractivos y un riesgo crediticio moderado, y vemos oportunidades en toda Asia y en Oriente Medio.

Con la mente puesta en la inflación

Para 2022, hemos identificado dos comodines que podrían tener consecuencias de gran alcance para los inversionistas:

  1. Los bancos centrales endurecen su política demasiado rápido y demasiado pronto: Una de las cuestiones más importantes relacionadas con el debate sobre la inflación es si las elevadas tasas de inflación actuales impulsarán a los bancos centrales a reaccionar de forma desproporcionada y a endurecer la política monetaria en un plazo más corto y con mayor firmeza, lo que supondría una política errónea.

  2. La inflación perdura durante más tiempo: Aunque no existe consenso en torno a este punto de vista, alguno actores en el mercado esperan que la inflación persista, lo cual, en el peor de los casos, podría provocar una espiral de salarios y precios como la de los años 70, impulsada por las crecientes expectativas de una mayor subida de los precios. En un escenario en el que la inflación no desaparece, sería prudente aconsejar a los inversionistas ajustar sus portafolios en consecuencia.

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