La COVID-19 ha impactado en los patrones de gasto de la sociedad. Sin embargo, como ya revelamos en el informe «Global Wealth and Lifestyle Report» del año pasado, los hábitos de consumo de las personas acaudaladas se vieron menos afectados que los de otros consumidores.

En nuestro primer estudio sobre el estilo de vida de los particulares con grandes patrimonios de todo el mundo, evaluamos su consumo, estilo de vida e intenciones financieras para el próximo año. Entretanto, nuestro Índice de estilo de vida muestra que, este año, los mercados de bienes y servicios de lujo que consumen las personas acaudaladas se están recuperando debido a la demanda acumulada, así mismo evalúa las ciudades más caras del mundo.

Riqueza de opciones
Nuestra investigación muestra que la pandemia influyó en los hábitos de gasto de los particulares con grandes patrimonios, con algunas diferencias regionales distintivas.

Aunque la demanda de automóviles a gasolina por parte de muchos particulares con grandes patrimonios sigue siendo considerable, éstos se interesan cada vez más por medios de transporte más ecológicos, como los vehículos híbridos y eléctricos. Este es un buen ejemplo de la dicotomía del consumo ecológico de los particulares con grandes patrimonios: como revela nuestro estudio, las personas acaudaladas tienden a usar más los vehículos privados, pero también tienden a ser respetuosos con el medio ambiente, lo que es alentador.

Este comportamiento responsable está relacionado con el bienestar y la salud, dos áreas que han experimentado, y continuarán experimentando, un crecimiento del gasto por razones médicas y de acondicionamiento físico a medida que la pandemia sigue retrocediendo.

En lo que respecta a la confianza, nuestra investigación indica que los europeos con grandes patrimonios tienden a ser menos optimistas sobre su situación financiera y profesional que sus pares de otras regiones de la encuesta. Esto les ha llevado a invertir más y gastar menos durante el último año. En consecuencia, parece que ahora quieren gastar más en artículos de ocio y placer, como el vino, la gastronomía exquisita y los viajes. Para más información sobre las intenciones de gasto de los particulares con grandes patrimonios, consulte nuestro informe aquí.

¿Cuáles son las ciudades más caras?
Sobre la base del costo de bienes y servicios de nuestro Índice de estilo de vida, Asia sigue a la cabeza, ya que Shanghái se mantiene en el primer puesto de nuestro ranking de ciudades, mientras que Taipéi ocupa el tercer lugar y Hong Kong el cuarto.

Lo que resulta más sorprendente este año es que Londres, impulsada por el fuerte aumento de los inmuebles residenciales y los servicios de hotelería, subió al segundo puesto desde la octava posición.

Su principal competidora, Nueva York, parece una ganga en comparación, siendo solo la 11.a ciudad más cara del mundo según nuestra clasificación. Para ver el panorama completo, descargue nuestro informe «Global Wealth and Lifestyle Report».

¿Cómo determinamos nuestros rankings?
En su tercer año global, nuestro Índice de estilo de vida —la base de nuestro ranking de ciudades— examina una cesta de bienes y servicios que compran y usan las personas acaudaladas. Estos van desde propiedades residenciales hasta abogados y bolsos de dama, a los que añadimos el año pasado bicicletas, cintas de correr y paquetes tecnológicos.

Nuestro índice, disponible en su totalidad aquí, calcula los costos y los clasifica en 24 ciudades principales de todo el mundo, y examina los cambios globales, regionales y por categorías cada año.

¿Qué hace de este un año singular?
Una de las mayores diferencias de este año es que la inflación volvió con fuerza. Durante el periodo cubierto por el último informe, el precio global de nuestro Índice de estilo de vida (en USD) subió un 1 %; este año ha subido casi un 7,5 %. La mayoría de los artículos incluidos en la encuesta subieron de precio, algunos de forma considerable (la tecnología y, curiosamente, los servicios de abogados están a la cabeza).

¿Qué ciudades son más asequibles?
Yakarta, Manila y Bombay son muy asequibles, en términos generales, en relación con otras ciudades asiáticas, y Johannesburgo —un caso atípico en su región— ofrece una buena relación calidad-precio en la región EMEA.

Las Américas son la región menos cara en general y ninguna de sus ciudades se encuentra entre las diez primeras, a pesar de que São Paulo subió nueve puestos hasta el 12.o lugar en la clasificación. La relativa asequibilidad de las Américas también se constató la última vez que se calculó el Índice de estilo de vida, lo que sugiere que la tendencia puede estar afianzándose.

¿Un cambio en el enfoque de las personas acaudaladas?
La idea de que el hemisferio occidental es «barato» sustenta la percepción de que el siglo XXI es el siglo de Asia y, mientras antes el mundo se centraba en el Atlántico Norte, ahora se orienta alrededor del Pacífico Occidental.

De acuerdo con este pensamiento, las ciudades europeas siguen siendo atractivas y relativamente caras porque son buenos lugares para hacer negocios, sitios agradables para vivir, culturalmente ricos y más cercanos a las ciudades de Asia que Nueva York.

Sin embargo, cada vez más es posible ver que esta idea del siglo de Asia podría cambiar. Los factores actuales que están influyendo en un posible cambio de mentalidad se describen en nuestro informe completo.

¿Cómo cambian los precios de los productos?
Alrededor del 75 % de los bienes y el 63 % de los servicios de nuestro Índice de estilo de vida han experimentado una subida de precios en el último año, siendo los paquetes tecnológicos, los servicios de abogados y las bicicletas los que han experimentado los mayores incrementos. Descubra qué otros cambios experimentaron los artículos del índice en nuestras listas completas aquí.

¿Qué significan nuestras conclusiones para el futuro?
En general, el cambio seguirá siendo impulsado por Asia, pero la historia puede ser bastante menos sencilla de lo que pensábamos.

Como señala en el informe nuestro jefe de investigación, Christian Gattiker, es fundamental que los inversionistas protejan su poder adquisitivo. Él lo explica así: «Aunque la situación financiera de muchos particulares con grandes patrimonios mejoró realmente el último año, el aumento simultáneo de la cesta de bienes y servicios que componen nuestro Índice de estilo de vida significa que la ilusión monetaria de años anteriores todavía persiste, erosionando el poder adquisitivo de las personas acaudaladas».

Y mirando a largo plazo, problemas como el calentamiento global no han desaparecido. La vida seguirá siendo imprevisible y costosa para todos, incluyendo a las personas acaudaladas, mientras que la salud y la felicidad se convierten cada vez más en algo imprescindible que el dinero no puede comprar.

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