Como mayor mercado mundial y primer fabricante global del sector de la movilidad, China se encuentra en una posición única en lo referente a vehículos propulsados con energías alternativas (VEA), entre los que figuran los coches enchufables, los vehículos de pilas de combustible y los motores de gas natural comprimido. Desde hace casi una década, el gobierno chino ha subvencionado y fomentado el desarrollo y el uso de vehículos eléctricos enchufables, motivado tanto por una fuerte concienciación medioambiental como por ambiciosos objetivos industriales. A diferencia del mercado de motores de combustión interna, el de coches eléctricos vive sus etapas más tempranas y brinda a China la oportunidad de hacerse con el liderazgo mundial en este sector de la automoción que cada vez cobra mayor relevancia.

Una coyuntura ideal para aunar intereses industriales y medioambientales

En 2015, China anunció su plan estratégico «Made in China 2025». El arrojo y la determinación que sustentaron la histórica transformación económica del gigante asiático han sido reorientados hacia la modernización de las industrias manufactureras chinas, dando prioridad a los materiales básicos producidos localmente. Esta táctica ha beneficiado al mercado de vehículos eléctricos, una de las 10 industrias de alta tecnología consideradas clave para el éxito del plan estratégico. El gobierno pretende que las empresas chinas dominen el 70% del mercado nacional de vehículos eléctricos en el próximo año, alcanzando el 80% en 2025. Los componentes de vehículos, como las baterías de iones de litio, también forman parte de este proyecto coyuntural. Si bien China se enfrenta hoy a un excedente de baterías de automóvil de producción nacional respecto a la demanda, el aumento de la competencia interna tiende a mejorar los estándares de calidad y, en consecuencia, la imagen de la marca «Made in China» a nivel internacional.

Obviamente, las preocupaciones medioambientales son otro de los principales alicientes en la carrera por limpiar el mercado de la movilidad en China. Las últimas cuatro décadas de crecimiento económico e industrial han tenido un elevado coste ambiental, que va desde la contaminación extensiva del agua y del aire hasta el agravamiento de los desastres naturales inducidos por la polución ambiental. A pesar del lanzamiento de un plan de acción a nivel nacional para combatir la contaminación atmosférica en 2013, y de que el primer ministro chino declarara la «guerra» contra la contaminación en 2014, los cielos de Pekín estaban tan contaminados en 2015 que los términos airpocalypse, smogmaggedon y airmaggedon eran recurrentes en los artículos de prensa de la época. El gobierno sigue sometido a una intensa presión nacional e internacional para mejorar la calidad del aire, y el año pasado lanzó un plan de acción cuya traducción podría ser «Plan trienal 2018-2020 para ganar la batalla por unos cielos azules».

La carrera hacia una movilidad más ecológica

En los primeros meses de este año, hemos asistido al inicio de una nueva fase en la relación de China con los vehículos eléctricos. Tras casi una década de subvenciones, bonificaciones fiscales y otras medidas incentivadoras, el gobierno ha modificado su enfoque para impulsar definitivamente el mercado de los vehículos enchufables. En enero se introdujo un sistema de límites máximos y comercio cap and trade: ya no es posible crear nuevas empresas para fabricar exclusivamente vehículos con motor de combustión, y los constructores de automóviles existentes deben producir un cupo establecido de coches eléctricos, o bien comprar créditos a las marcas que producen un excedente. Esta iniciativa puede ser interpretada como un primer paso del gobierno para trasladar al propio mercado la responsabilidad de desarrollar el vehículo eléctrico, o como una forma de entorpecer el desarrollo de la industria de vehículos propulsados por combustibles fósiles. O ambas cosas a la vez.

Conocida como la Hawái de China, la provincia de Hainan ofrece el ecosistema idóneo para el regreso de la Fórmula E a la China continental. En 2014, el asfalto de Pekín fue testigo del primer E-Prix de la historia, y el marzo pasado, casi cinco años después, el Sanya E-Prix fue la ocasión perfecta para que China escenificara el compromiso de Hainan con el aire puro y el transporte limpio. Marzo también marcó otro gran hito ambiental en esta turística provincia, que ya disfruta de algunos de los niveles más bajos de contaminación atmosférica del país: asumiendo que el 40% de su polución atmosférica procede del transporte, las autoridades de Hainan han decidido revertir la situación prohibiendo gradualmente la venta de automóviles diésel o gasolina desde ese mismo mes. Se trata también de la única provincia de China que ha establecido un calendario claro para la eliminación progresiva de los vehículos que utilizan combustibles fósiles: en 2020, tanto los vehículos oficiales como el conjunto del transporte público usarán energía limpia; en 2030, los motores diésel y de gasolina serán totalmente eliminados de Hainan.

Arrancó como una iniciativa para promover una conducción más verde y limpia y, desde su planteamiento en 2011 y su lanzamiento en 2014, la Fórmula E muestra de lo que son capaces los coches eléctricos de alta gama cuando exprimen al máximo sus motores sobre el asfalto de los circuitos. Los nuevos coches Gen2 ya corrieron a principios de marzo en Hong Kong, demostrando a los espectadores cómo en solo cinco temporadas se ha duplicado la capacidad de almacenamiento de energía, permitiendo así a los coches completar la carrera sin necesidad de sustituciones. Muchos expertos ven los avances tecnológicos en competición como una forma de impulsar el mercado de vehículos eléctricos. Por tanto, es lógico que China cuente con dos equipos en el campeonato, ya que es el país con mayor cuota de mercado de vehículos enchufables. Además, la reciente relajación de las regulaciones permite la asociación entre fabricantes chinos y extranjeros, centrando todas las miradas en la estrategia de grandes marcas como Tesla y en qué medida su irrupción en China alentará el mercado de coches eléctricos.

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