El primer paso de la asignación de activos –el paso estratégico– es encontrar un esquema de asignación que satisfaga sus necesidades individuales. Esto significa que debería terminar con un esquema con el que pueda vivir sin importar lo que ocurra en el mercado, incluso en el caso de una turbulencia extrema que provoque una reducción temporal del portafolio. Su portafolio de inversión no debería quitarle el sueño.

Conmociones del mercado

Los mercados están sujetos a conmociones de vez en cuando y las primas de riesgo que los inversionistas asumen al invertir en bonos, acciones y otros tipos de inversiones financieras fluctúan todo el tiempo. Esto provoca altibajos y volatilidad en los portafolios. En el caso de conmociones externas, que pueden ser bastante extremas, el impacto temporal en el portafolio puede ser bastante severo. El otro caso en el que los portafolios sufren un descenso significativo es cuando la economía entra en recesión. Su asignación estratégica debe estar configurada de modo tal que pueda sobrevivir a estos acontecimientos en los mercados.

Riesgo y rentabilidad

La primera pregunta que debe hacerse al decidir su asignación de activos es «¿cuál es mi objetivo de inversión?» Aquí, el paso más importante es definir su tolerancia al riesgo, ya que calibrará su combinación de activos en función de la cantidad de riesgo que esté dispuesto a asumir. La rentabilidad del portafolio a lo largo del tiempo estará determinada por la cantidad de riesgo que haya o no haya estado dispuesto a aceptar.

Enfoque prospectivo

Una vez definida su tolerancia al riesgo, puede empezar a asignar sus activos. Hay varias maneras de confeccionar la asignación de activos, pero la única manera que he rechazado desde que estaba comenzando mi carrera es hacerlo mirando hacia atrás. Este método consiste en observar los rendimientos y las correlaciones del pasado, pero dado que el punto de partida es diferente, el resultado también lo será. Además, todos estos modelos se basan en hipótesis de correlación y en un alto grado de estabilidad en la correlación entre activos. Pero la historia demuestra que las correlaciones son exactamente lo contrario: son muy inestables. En otras palabras, la forma en que se comportan todas y cada una de las clases de activos en relación con las demás no es estable a lo largo del tiempo.

En Julius Baer, preferimos adoptar un enfoque prospectivo. Este comienza con la perspectiva a largo plazo, en la que perfilamos las tendencias y fuerzas estructurales clave que actúan en la economía y los mercados. A continuación, utilizamos nuestra hipótesis sobre el mercado de capitales, que incluye los rendimientos esperados a futuro para las clases de activos, y optimizamos los activos en función de ese enfoque prospectivo.

Confección del portafolio

Una vez que haya decidido el desglose de las clases de activos, tiene que decidir cómo va a implementar todas y cada una de las clases de activos que componen su portafolio. ¿Elegirá un fondo? ¿Elegirá un ETF? ¿Comprará valores de forma directa? ¿Invertirá de forma pasiva o activa? Tanto en la inversión activa como en la pasiva, hay que elegir el instrumento adecuado y tratar de dar sentido al conjunto del portafolio, porque la suma de las partes es mucho más importante que cada una de ellas.

El horizonte de inversión

El siguiente asunto a considerar es el horizonte temporal de sus inversiones. Si su asignación estratégica está bien calibrada con respecto a su tolerancia al riesgo, cuanto más largo sea el horizonte temporal, mejor. Esta es una máxima que se encuentra en todos los manuales de inversión. Pero la cuestión es que la vida es incierta y, como decía Keynes, a largo plazo todos estaremos muertos. Lo paradójico es que cuanto más tiempo sea paciente, menos incierta será la inversión. Por supuesto, no se puede decir a todo el mundo que tiene que esperar 20 años; esto es inviable desde el punto de vista comercial. Solo un fondo de pensiones con un pasivo extremadamente claro puede hacerlo. Por lo tanto, creo que un horizonte de cuatro a siete años es un plazo razonable y pragmático para un inversionista privado.

Ajustes de portafolio

Sin embargo, dentro de esa ventana, podría estar tentado a ajustar su portafolio. La mayoría de las veces es importante mantener el rumbo y ceñirse a la estrategia. Si llega a ser necesario que actúe y haga algo diferente dependerá de lo que ocurra en los mercados. Siempre digo que un gestor de inversiones solo puede ser tan bueno como las oportunidades le permitan serlo. A menudo habrá oportunidades en el camino para recoger algunas ganancias y reinvertir algo de capital en otras clases de activos o para reequilibrar o comprar más de lo que ya posee, pero realmente son los mercados los que proporcionan esas oportunidades a lo largo del tiempo. El régimen de volatilidad también será muy importante. Habrá momentos en los que la volatilidad será baja y la dispersión de la rentabilidad de los activos será más bien escasa, así que ¿para qué moverse? Pero también habrá momentos en los que la volatilidad será mayor, lo cual proporcionará oportunidades para operar.

Reequilibrio

El reequilibrio tiene el mérito de aportar disciplina. Se podría argumentar que alguien muy joven, con un horizonte temporal muy largo, podría empezar con la mitad en acciones y la mitad en bonos. Con el tiempo, las acciones superarán a los bonos, por lo que la proporción de acciones aumentará. Pero sus circunstancias individuales cambian a lo largo de su vida; sus obligaciones, su familia, su situación personal cambiarán, por lo que prescindir del reequilibrio tampoco es una opción.
En resumen, debería revisar fundamentalmente su asignación estratégica una vez al año. Una vez más, no puedo dejar de insistir en la importancia de la perspectiva a largo plazo, ya que hay que entender las tendencias estructurales y posicionarse en consecuencia. Si reequilibra, la frecuencia del reequilibrio debe ser como máximo una vez al año, y nunca a final de año. Sería preferible hacerlo el 30 de junio, que es la forma en la que los fondos de dotación suelen practicar el reequilibrio.

Conclusiones sobre la asignación de activos

Lo más importante es recordar que debe calibrar su asignación de activos en función de su perfil de riesgo. No se trata de una calibración científica y es difícil dejar de lado las emociones, pero debería ser capaz de mantener su asignación de activos independientemente de lo que ocurra en el mercado.
El segundo punto es que no debe dedicar demasiado tiempo a predecir el futuro. Precisamente, debe diversificar porque el futuro es desconocido y muy incierto, por lo que querrá distribuir su inversión de forma razonable. No es necesario diversificar en exceso, pero conviene distribuir la inversión entre distintos tipos de primas de riesgo y distintas clases de activos. Entonces, cíñase a ello. No reaccione de forma exagerada a las noticias. Revise su portafolio una vez cada trimestre, como máximo. Es más que suficiente. De vez en cuando, habrá una oportunidad en el mercado, como una gran sacudida, y entonces hay que aprovecharla. Pero la mayoría de las veces hay que partir del principio de que no sabe qué va a pasar mañana.

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