Capital riesgo

El capital riesgo suele estar relacionado con las empresas menos maduras, las de nueva creación o las que se encuentran en una fase temprana de desarrollo. A menudo, el capital riesgo se destina a inversiones dedicadas a nuevas tecnologías, a la biotecnología, a nuevos conceptos de comercialización o a productos nuevos que aún no cuentan con un historial de logros o flujos de ingreso estables. Los empresarios que manejan estas empresas necesitan un capital al que es difícil acceder, por ejemplo, desde el sistema bancario. El capital riesgo se caracteriza por presentar un mayor riesgo y una mayor tasa de abandono de la inversión, pero puede proporcionar un rendimiento extraordinario ocasionalmente.

Capital de crecimiento

El capital de crecimiento suele consistir en inversiones minoritarias en empresas maduras que buscan capital para ampliar o reestructurar sus operaciones, financiar una adquisición importante o entrar en nuevos mercados. Normalmente, las empresas involucradas en el capital de crecimiento pueden generar ingresos y beneficios de explotación, pero no suficiente efectivo para financiar grandes expansiones, adquisiciones u otras inversiones. Esta carencia de amplitud puede dificultar la obtención de capital para su crecimiento, lo que hace que el acceso a los fondos de crecimiento sea fundamental. Al vender parte de la empresa a un gestor de capital riesgo, el propietario principal ya no tiene que asumir el riesgo financiero por sí solo, sino que puede compartir el riesgo de crecimiento con otros socios a cambio de cierto valor en la empresa.

 

Compra apalancada

Esta es la estrategia más común en el ámbito del capital riesgo y la mayor modalidad de asignación de capital. Una compra apalancada (LBO, por sus siglas en inglés) involucra la adquisición de una empresa pública o privada con un área de negocios relativamente madura. He aquí una explicación sencilla de su funcionamiento:

Una buena analogía para una LBO es solicitar una hipoteca sobre una propiedad. El comprador de la propiedad debe aportar una inversión inicial de efectivo (la participación en efectivo) para cubrir una parte del precio de la compraventa. El resto de la financiación de la propiedad se cubre con una hipoteca, de modo que la propiedad comprada sirve de garantía. De manera similar, cuando se realiza una LBO, una porción del capital propio aportado por el fondo de capital riesgo cubre parte del precio de compra de la empresa que se adquiere, mientras que el resto de la financiación se cubre con uno o varios préstamos bancarios, para los que la propiedad adquirida sirve de garantía.

Una LBO puede suponer un cambio en la titularidad, la gestión o la estrategia de la compañía mediante la adquisición de una parte significativa o del control mayoritario de una empresa. Con frecuencia, esto puede dar lugar a que una empresa pública deje de cotizar o que exista la escisión de una división de una empresa más grande. La empresa de capital riesgo que realiza la LBO, también conocida como el patrocinador financiero, ejercerá el control o tendrá una participación significativa en la gestión de la compañía. Estos patrocinadores financieros se involucran activamente en el desarrollo del negocio y no son inversionistas pasivos, a diferencia de los accionistas de una empresa pública. Las empresas de capital riesgo son titulares temporales de activos y, como tales, persiguen una monetización de sus inversiones mediante la venta de esos activos, ya sea a través de una OPI, una venta a un comprador estratégico (industrial) o una venta secundaria a otra empresa de capital riesgo.

Estrategias de crédito privado

La deuda privada representa una parte sustancial de los mercados privados (entre el 10 y el 15 % del total de activos bajo gestión, aproximadamente), y la mayoría de las empresas privadas del mercado intermedio tienen al menos alguna deuda facilitada por el sector privado. La demanda de fondos de deuda por parte de los inversionistas crece continuamente. Dependiendo de factores como las tasas de interés, la normativa y el ciclo económico, los inversionistas consideran que la deuda privada es una forma menos arriesgada de sumergirse en el capital riesgo o de diversificar sus activos. La deuda privada incluye cualquier deuda mantenida por empresas privadas o extendida a estas. Se presenta de muchas formas, pero lo más habitual es que instituciones no bancarias concedan préstamos a empresas privadas o compren dichos préstamos en el mercado secundario. Una variedad de inversionistas o fondos de deuda privada están involucrados en este contexto. Las estrategias dentro de la deuda privada incluyen:

  • Préstamos directos en toda la estructura de capital, desde los préstamos preferentes hasta los créditos subordinados
  • Préstamos mezzanine, que son una combinación de opciones de deuda y capital
  • Deuda en dificultades y situaciones especiales (véase más abajo)
  • Bienes raíces, desde el desarrollo hasta las etapas centrales
  • Infraestructura

Situaciones especiales y de crisis

Esta es una categoría amplia que se refiere a las inversiones en títulos de renta variable o de deuda de empresas con dificultades financieras. La importancia de este sector ha crecido en los últimos años, ya que los bancos se retiraron de estas situaciones de préstamo de rescate, principalmente debido a los cambios normativos. La inversión en empresas en situaciones de crisis incluye, entre otras, las siguientes subestrategias:

  1. Inversiones o préstamos con finalidad de control : en donde el inversionista adquiere nuevos títulos de deuda, anticipando que obtendrá el control del capital de la empresa tras una reestructuración.
  2. Préstamo de rescate: se proporciona liquidez a empresas en dificultades en momentos de mayor turbulencia en el mercado a cambio de condiciones de inversión preferentes.
  3. Situaciones especiales (o de cambio de rumbo): en las que un inversionista aporta inversiones en deuda y de capital a empresas que atraviesan dificultades importantes. Las situaciones especiales pueden incluir fusiones y adquisiciones, quiebras, etc.

Activos inmobiliarios

Las operaciones de capital riesgo en activos inmobiliarios consisten en reunir el capital de inversionistas para invertir en la propiedad de diversos bienes inmuebles. Cuatro estrategias comunes utilizadas por los fondos inmobiliarios de capital riesgo son:

  • Core: inversiones en estrategias de bajo riesgo/baja rentabilidad con flujos de efectivo predecibles.
  • Core plus: inversiones de riesgo moderado/rentabilidad moderada en propiedades básicas que requieren algún tipo de elemento de valor añadido.
  • Valor añadido: una estrategia de riesgo medio-alto/rentabilidad media-alta que implica la compra de una propiedad para mejorarla y venderla con una ganancia. Las estrategias de valor añadido suelen aplicarse a los inmuebles que tienen problemas de funcionamiento o de gestión, que requieren mejoras físicas o que sufren limitaciones de capital.
  • Oportunistas: una estrategia de alto riesgo y alta rentabilidad. Las inversiones oportunistas involucran propiedades que requieren grandes mejoras. Algunos ejemplos son las inversiones en desarrollos, los terrenos vacíos y los pagarés hipotecarios.

Infraestructura

La clase de activos infraestructura se define como cualquier «activo real», como centrales eléctricas, redes de distribución de electricidad, aeropuertos, carreteras, puentes, etc., o cualquier cosa destinada a fines de construcción o mantenimiento social y que sea vital para el funcionamiento de la economía. Los gestores de mercados privados utilizan su capital estable y paciente para invertir en activos de infraestructura nuevos y existentes.

Secundarios

El mercado secundario privado proporciona liquidez a los inversionistas de capital riesgo, permitiéndoles vender sus posiciones en fondos de capital riesgo y liquidar participaciones en empresas privadas. Las empresas de capital riesgo especializadas recaudan fondos de capital para desempeñar el papel de comprador secundario de dichas participaciones a una variedad de inversionistas de capital riesgo. Tales operaciones suelen realizarse a un precio por debajo del valor neto vigente de los activos. Tenga en cuenta que la venta no involucra a los activos subyacentes, sino solo a los fondos que los poseen.

Inversión de impacto

Las inversiones de impacto son inversiones realizadas con la intención de generar un impacto social y/o medioambiental positivo y medible junto con un rendimiento financiero cónsono con la tasa del mercado. Las inversiones de impacto tratan de abordar los problemas más apremiantes del mundo en sectores como la agricultura sostenible, las energías renovables, la economía azul, la conservación de la naturaleza, la microfinanciación y los servicios básicos asequibles y accesibles, como por ejemplo, la vivienda, la sanidad y la educación. Las inversiones de impacto pueden realizarse tanto en los mercados emergentes como en los desarrollados y son accesibles a través de diversas estrategias de mercados privados, como el capital riesgo, el crecimiento, las compras apalancadas, la deuda privada y los activos inmobiliarios.

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