Es madrugadora, habla neerlandés con fluidez y cuando se le pregunta por la conciliación entre su vida laboral y familiar responde: «Mejor pregúntele a mi marido». Pero, en serio, ¿cómo se las arregla para compaginar sus obligaciones como jefa de equipo de la unidad Wealth Planning Advisory Europe de Julius Baer en Zúrich, Alemania y Luxemburgo con los horarios de dos niños pequeños? «Mi marido es socio de una de las cuatro consultoras más importantes. Sin embargo, nos repartimos todas las tareas por igual. Pero además tenemos una planificación rigurosa. De esta manera ambos podemos viajar y atender a nuestros clientes».

Hablando de planificación rigurosa: Silke asesora a clientes internacionales con vidas personales complejas en todos los aspectos de la planificación patrimonial. «Me encanta la internacionalidad de nuestra clientela. No hay dos historias iguales». Y en sus casi quince años de trabajo en el campo de la planificación patrimonial y tributaria, ha escuchado muchas de ellas. Trabaja con miembros de familias reconstituidas, parejas casadas y personas particulares. Sin embargo, le interesa especialmente asesorar a las mujeres y participa con regularidad en eventos de planificación patrimonial para ellas. Le hemos preguntado qué deben tener en cuenta las mujeres en las distintas etapas de la vida.

Según su experiencia como planificadora patrimonial y tributaria, ¿qué factores tienen el mayor impacto en la planificación financiera de las mujeres?
Silke Mies: «¿Sabías que a las mujeres alemanas no se les permitió abrir una cuenta bancaria hasta 1962? Tampoco se les permitió trabajar sin el permiso de su marido hasta 1977. Estos son solo dos ejemplos, pero la definición histórica del rol y la independencia financiera relativamente reciente de las mujeres siguen influyendo en su situación financiera».

Sin embargo, muchas cosas han cambiado en los últimos cincuenta años. Hoy en día, los hombres piden licencias por paternidad y buscan opciones de trabajo flexibles, las mujeres superan a los hombres en las universidades de todo el mundo y, en general, la situación se ha vuelto más igualitaria. La nueva generación de mujeres está más segura de sí misma, quiere trabajar y acumular su propio patrimonio para tener opciones en la vida.

En el lado negativo, sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo desveló recientemente que la diferencia salarial entre hombres y mujeres a nivel global sigue siendo del 22 %. Alrededor de tres cuartas partes de esta disparidad pueden explicarse por factores como la elección del sector industrial, la educación y el volumen de empleo. Pero una cuarta parte aún no está clara. No hay respuestas lógicas. Alguna vez calculé que la diferencia salarial entre hombres y mujeres por sí sola hace que éstas tengan un 40 % menos de ahorros al jubilarse en comparación con los hombres. Estadísticamente, las mujeres también viven más tiempo, pero disponen de menos recursos económicos para financiar sus años dorados. En resumen, el siguiente gráfico ofrece una visión general de los factores que influyen en la planificación financiera de las mujeres:

Dadas estas circunstancias, ¿tiene algún consejo general sobre planificación patrimonial para las mujeres?
Según mi experiencia, los tres aspectos más importantes son:

  1. Desarrolla una idea clara de lo que deseas en la vida. ¿Para qué estás ahorrando?
  2. Sé transparente y discute proactivamente los temas de planificación patrimonial con tu pareja o tus seres queridos.
  3. Asegúrate de que tus documentos reflejen siempre tu situación actual.

Y más concretamente, ¿qué deben tener en cuenta las mujeres en las diferentes etapas de su vida?
Hace poco hice una presentación sobre este tema y utilicé un personaje ficticio, Julia, para resaltar los puntos esenciales. Julia atraviesa las siguientes fases de la vida: el trabajo como aprendiz, la universidad, el empleo, la relación de pareja, el divorcio, el cuidado de los padres y la jubilación. Veamos qué es importante durante estas fases.

Trabajo como aprendiz

  • Asumir la responsabilidad: Por primera vez en tu vida, entras en contacto con tu propio dinero. Aunque no es mucho, te lo ganaste con tu esfuerzo. Lo más probable es que ahora te corresponda pagar el alquiler y las facturas. En esta fase, es crucial reconocer la responsabilidad propia y desarrollar una mentalidad enfocada en la gestión del dinero, aunque solo se trate de pequeños fondos. Tus ingresos aumentarán con el tiempo, pero lo más probable es que la mentalidad que establezcas ahora se mantenga.
  • Desarrollar un plan de ahorro: Aunque dispongas de pocos ingresos, deberías sentarte a analizar tus ingresos, tus gastos y considerar si puedes ahorrar una pequeña cantidad cada mes. Además, deberías preguntarte para qué estás ahorrando. ¿Cuál es tu objetivo?
  • Contrata seguros y comprueba si puedes recibir ayuda económica: ahora es el momento de abordar los «temas de adultos» y comprobar qué seguros necesitas. Además, siempre recomiendo investigar si el país de residencia ofrece ayudas para el trabajo como aprendiz, por ejemplo.

Universidad

  • Planificar con antelación: ¿Piensas hacer un semestre de intercambio? ¿Las pasantías de verano serán remuneradas? Además de los puntos mencionados anteriormente, ahora tendrás que gestionar tu dinero de forma más estratégica. Debes ser consciente de cuánto dinero necesitas en cada momento y elaborar un plan financiero que te permita conseguirlo. Por ejemplo, es posible que tengas que hacer turnos adicionales en tu trabajo de estudiante en primavera para poder cubrir los gastos de manutención durante las pasantías de verano.

Empleo

  • Entender el régimen fiscal: Una de las leyes universales de la vida es: tendrás que pagar impuestos. Pero si lo abordas de forma inteligente y te informas, por ejemplo, de las complejidades de los gastos deducibles, dependerá de ti. Invierte el tiempo necesario. Vale la pena.
  • Involucrarse en la planificación financiera: Pregúntate: ¿qué es importante para mí, tanto profesional como personalmente? ¿Quiero tomarme un año sabático dentro de dos años o tener un hijo dentro de cinco? ¿Me gustaría obtener ingresos pasivos algún día? Ahora que tienes unos ingresos regulares, puedes empezar de verdad a construir tu propio patrimonio y desarrollar un plan financiero.
  • Planificar la jubilación: Parece un cliché, pero hay razones por las que los expertos recomiendan empezar a planificar la jubilación lo antes posible. Cuanto antes empieces, más opciones tendrás.

Relación de pareja

  • Tomar la iniciativa: Muchas mujeres deciden irse a vivir con su pareja, casarse o tener hijos algún día. Sea cual sea tu decisión, mi consejo es que no transfieras la responsabilidad de la gestión financiera y la planificación del patrimonio a tu pareja. Sé proactiva y toma la iniciativa.
  • Utilizar el modelo de las «tres cuentas»: Si decides formar una pareja, la situación cambia desde el punto de vista de la planificación patrimonial. Ahora se deben considerar dos fuentes de ingresos. En particular, antes de casarte, recomiendo que hables de manera franca y dejes claro que quieres construir tu propio patrimonio en paralelo al patrimonio de la familia. Esto puede hacerse utilizando el modelo de las «tres cuentas»:

Tanto tú como tu pareja ingresan su salario mensual en la cuenta número 1. Los gastos mensuales compartidos (alquiler, gastos de seguro, gastos escolares, etc.) se pagan con esta cuenta. El excedente se transfiere a las cuentas dos y tres. La opción más justa es repartir esta cantidad al 50 %, pero esto lo decide la pareja. En general, esta modalidad permite a ambos miembros de la pareja controlar su propio dinero y gastarlo o ahorrarlo.

  • Firmar un acuerdo prenupcial: Puede que no sea romántico, pero las cifras hablan por sí solas. En junio de 2021, la OCDE publicó un informe que analiza las tasas de matrimonio y divorcio en los países de la OCDE hasta 2017. La principal conclusión no sorprende: el descenso en las tasas de matrimonio ha ido acompañado de un aumento en las tasas de divorcio. Dos aspectos importantes que las mujeres, en particular, deberían tener en cuenta al negociar un acuerdo prenupcial son el ajuste de los derechos de pensión (¿cómo piensa la pareja compensar el 40 % faltante?) y la pensión de alimentos para ti y los niños.

Divorcio

  • Espera lo mejor, pero prepárate para lo peor: Un divorcio es un reto emocional. La firma de un acuerdo prenupcial evita tener que lidiar con un estrés adicional durante esta delicada fase. Si se tomaron las medidas adecuadas, tú (y tus hijos, si deciden vivir contigo) recibirán una pensión de alimentos mensual. Además, se te compensará por tener una pensión más baja si decidiste tomarte una licencia laboral para cuidar de los hijos. Finalmente, utilizando el modelo de las «tres cuentas» deberías haber acumulado tu propio patrimonio y gozar de liquidez financiera.
  • Llevar la documentación al día: los contratos de seguro, las declaraciones de voluntades anticipadas, la factura del teléfono... todos estos documentos deben mantenerse actualizados para que reflejen tus nuevas circunstancias.

Cuidado de los padres

  • Compartir es cuidar: Puede ocurrir que tus padres (o tus suegros) no puedan cubrir sus gastos de manutención o asistencia cuando estén jubilados. Es aconsejable reflexionar sobre esta posibilidad para que no nos agarre por sorpresa. Es más fácil manejar una situación como esta si, por ejemplo, acordaste cubrir estos gastos con tu cuenta compartida.

Retiro

  • Centrarse en lo esencial: Aunque sería maravilloso dejar una herencia, primero hay que dar un paso atrás y centrarse en lo esencial. Calcula la cantidad de dinero que necesitas para mantener tu nivel de vida y encuentra la solución financiera adecuada para alcanzar ese objetivo. Si entonces todavía tienes fondos suficientes para hacer un regalo a tus seres queridos, aún mejor.

¿Qué tendencias prevés para el futuro?
Estudiar en Londres, un trasladado laboral a Singapur y jubilarse en Italia: nuestro estilo de vida seguirá siendo cada vez más internacional. Además, hoy en día las mujeres deciden vivir sus vidas de muchas maneras diferentes: felizmente solteras, casadas, unidas en pareja de hecho, como parte de una familia reconstituida. Si asumes la responsabilidad, mantienes una comunicación transparente y llevas tus documentos al día, crearás una base sólida para conseguir lo que más te importa.

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